A lo largo de su historia, Smiley ha representado un espíritu de optimismo desafiante, un faro de esperanza en medio de décadas de conflicto global y pronósticos sombríos. Es un emblema para cualquiera que desee cambiar una narrativa de desesperación por posibilidades y promesas.

La música y el arte tienen una relación especial con Smiley, en gran parte debido al doble simbolismo del ícono: como impulsor de la corriente dominante y como subversivo de la contracultura. Su adopción como figura emblemática del movimiento acid house a finales de los 80 ejemplifica esto.

En honor a esta emblemática figura de la cultura pop, 12on12 decidió lanzar un disco de vinilo para conmemorar el 50.º aniversario del símbolo. André Saraiva, el legendario grafitero, recibió el encargo de Smiley para crear una nueva versión del icónico logotipo. Una sensación de positividad desbordante impregna este diseño, que también incluye texturas originales de pintura en aerosol de Andre. Música electrónica animada acompaña la obra para garantizar una experiencia sensorial inspiradora.